No hay nada que me cause tanto desconcierto y curiosidad como la propia existencia.
Algo tan simple y a la vez tan incomprendido como el hecho de estar aquí ahora, de ser, de existir.
Posiblemente no haya nada en este universo que pueda llegar a conocer más que mi propia existencia.
Y paradójicamente no hay nada que pueda tener más claro que mi propia ignorancia sobre ella.
Es una danza de reflejos a efectos de una causa no encontrada.
Es la morada donde reside la verdad difuminada,
Es una difusión astral materializada,
Ante la fusión entre el todo y la nada.